Cuando el diseño y la historia se encuentran
Alrededor del mundo existen miles de hoteles, hostales y otros hospedajes que a diario acogen a viajeros de todos los lugares. Algunos de estos, con el tiempo, se han ido labrando renombre e incluso estatus . Más allá de las 5 estrellas, han acompañado a nuestras ciudades y pueblos en su desarrollo desde hace cientos de años, y se han convertido inevitablemente en referentes culturales y estilísticos. No es de extrañar entonces, que muchos de estos hoteles emblemáticos, que forman parte de la identidad de la ciudad en la que residen, tengan su propio carácter, su propia personalidad. Esto, a ojos humanos se transcribe en diseño. La elección de ciertos estilos, las prestaciones, el diseño de interiores de cada una de las habitaciones, nos cuentan historias y anécdotas sobre lo que hubo y lo que hay entre sus paredes.
Como ya puedes imaginar, esta titánica tarea, de dotar de alma al interiorismo de edificios tan importantes, no puede sino ir de la mano de los mejores diseñadores. Expertos que aportan su visión y experiencia para dar sentido al conjunto, de cientas de habitaciones y espacio comunes, especialmente las suites. Porque no solo se trata de dar cobijo a los visitantes, también de sorprenderlos y aportar una experiencia visual enriquecedora y confortable. Sin embargo, es imprescindible evaluar el entorno, el tipo de hotel y lo que buscan sus potenciales huéspedes. Por ese motivo, los hoteles de mayor reputación siempre están dispuestos a realizar reformas para estar al día con las necesidades de su público, y las tecnologías y tendencias más punteras. Consiste en llevarlo más allá, y para ilustrarlo, a continuación te traemos varios ejemplos de las suites de los hoteles más emblemáticos con un diseño de interior excepcional.
En 2012, Patricia Urquiola conquistó Singapur en colaboración con Woha con la creación y diseño del Oasia Hotel Downtown, un auténtico homenaje a la naturaleza. La diseñadora española de fama mundial, ejecutó la perfecta fusión entre los elementos arquitectónicos y orgánicos en busca de la eficiencia energética. Desde la fachada, convertida en un jardín vertical de plantas trepadoras, hasta el más pequeño de los muebles de las habitaciones, han sido cuidadosamente elegidos para afianzar la alianza entre el contundente y tosco hormigón de la ciudad, y las verdes plantas de la naturaleza.
Nada más acercarnos al hotel, nos esperan 190 metros de enredaderas que poco a poco han ido cubriendo todo el exterior del edificio y que, según la época del año, cambian su color para darle al Oasia un aspecto mutable al ritmo de las estaciones. Seguimos con los jardines en la planta baja y la piscina en el terrado que aprovechan las ventajas de la arquitectura del edificio, como su altura y vistas, para crear una sensación de amplitud acompañada por las zonas verdes creando diferentes temáticas en base a las plantas empleadas. Finalmente llegamos a sus suites. Haciendo alarde de las maderas más exquisitas y cuidadas, Patricia Urquiola refleja serenidad con su estilo moderno de toques asiáticos. El uso de pocos elementos bien elegidos convierten cualquier espacio un lugar que inspira calma y tranquilidad, invitando incluso a la meditación. Se trata de un minimalismo que se apoya en la creación de espacios por medio de las texturas de materiales naturales.
Viajamos a Londres, junto al movimiento estilístico del art decó, para encontrarnos con uno de los hoteles más emblemáticos de la capital británica, el Claridge’s. Fundado en 1856, el edificio siempre ha respirado este estilo tan característico que lo hace inconfundible. Recientemente, liderados por el ingenio de Bryan O’Sullivan, reconocido diseñador de interiores a nivel mundial, el hotel se embarcó en la aventura de renovación de una de sus suites. Le ofrecieron libertad, casi absoluta, para poder llevar el art decó al siguiente nivel. El objetivo era guiar el estilo vintage tan particular del Claridge’s hacia la funcionalidad del presente. O’Sullivan logró lo que él mismo catalogó como “un oasis de tranquilidad”. Inspirado por el pasado del hotel, el diseñador acercó el sentimiento de hogar a través de la inclusión de muebles alejados del aspecto contemporáneo. Mezcló antigüedades con piezas vintage y actuales, y utilizó el color y el espacio vacío para crear esa sensación de amplitud y luminosidad. Todo esto para alcanzar lo que él define como una colección de elementos que parecen haber sido adquiridos poco a poco, con el tiempo.
Después de conquistar Nueva York, Boston, París y Singapur, David Rockwell visitó Madrid para aportar sus ideas como interiorista al Gran Hotel Inglés. Abrazando el estilo de los años 20, este hotel del siglo XIX, con mucha historia a sus espaldas, rebosa glamour y vanguardismo gracias a su mobiliario clásico y molduras hechas a mano. En pleno barrio de las Letras de Madrid, el hotel construido en 1853 abraza su pasado para mirar al futuro. En sus suites, como en el resto de estancias, la iluminación juega un papel clave para crear esa calidez, tan característica de la época, para crear profundidad y personalidad. Sin embargo Rockwell no ha querido perder de vista el presente. Por eso, fusiona la funcionalidad con el estilo ecléctico con la tecnología. El uso de pinturas originales de la época y otros elementos icónicos de la década hacen de las suites del Gran Hotel Inglés un ejemplo de lujo y diseño.
En el famoso barrio Francés de la ciudad de Nueva Orleans, se alza uno de los hoteles con mayor afluencia de visitas con sus 49 suites de diseño sureño totalmente inconfundible. Como homenaje a sus orígenes el Ritz-Carlton abrió sus puertas en 1908 para acoger a visitantes de todas partes. Ahora, estrena renovación de su suite de dos dormitorios “Residence”. El estudio Marzipan recoge el relevo del estilo sureño americano para llevarlo más allá y aportar el aspecto moderno y elegante que la suite necesitaba. Chimenea incluída, esta suite está pensada como apartamento privado que incluye un espacioso comedor para 10 invitados y 325 metros cuadrados de terraza. Se trata de un conjunto autosuficiente decorado con mimbres, estampados florales y mucho encanto sureño.
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